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.La enfermera la miró como si se hubiese sorprendido al descubrir quehab�a estado hablando con alguien. No puedo decirlo con certeza.Pero por ahora debo subirla a laenfermer�a y limpiarle la herida.Hay que quitar la punta de la flecha.Despu�s de eso podr� evaluar mejor su estado.Pynt tosió y gimió casi al mismo tiempo.Trató de sentarse pero laenfermera la detuvo con mano suave y firme. Ahora eres t� la que est� siendo est�pida, Jenna  susurró Pynt convoz ronca.No morir�.�Cómo podr�a? Estar�as perdida sin tu sombra.Entonces entornó los ojos y quedó inmóvil. �Est� muerta?  gritó Jenna. Sólo se ha desvanecido  dijo la enfermera.El dolor es grande y �staes la forma que tiene la naturaleza para calmarlo.Ahora debe ir arriba y. miró a Jenna , no recibir� visitas.Conf�a en m�, ni�a, no puedesservirle de ayuda en este momento.Ante una se�al de la enfermera, tres de las mujeres m�s jóvenes alzarona Pynt y se la llevaron.Entonces la enfermera se volvió y se�aló la manoque a�n yac�a en el suelo. Sacad de aqu� esa cosa.Pronto entrar� en descomposición y podr�aasustar a las ni�as.Nosotras, las herederas de Alta, no conservamossemejantes prendas sangrientas.Carum se inclinó y quitó el anillo de la mano r�gida. Lo conservar� hasta que pueda arrojarlo a los pies de Kalas.Adiferencia de vosotras, nosotros, los Garunianos, s� conservamos estasprendas. Guardó el anillo en su bolsillo y se apartó r�pidamente,esperando que nadie hubiese notado la palidez que le hab�a producido elcontacto con la mano muerta.Pero Jenna lo hab�a visto.Posó una mano sobre su espalda y susurró: Carum, no te averg�ences por tu repugnancia.De no haber estado tanenloquecida, jam�s hubiese tra�do esa mano hasta aqu�.Pero me dominóla fiebre de la batalla.Hice lo que hice sin pensar.T�, sin embargo.t�piensas demasiado.El se volvió con el rostro m�s calmo, pero antes de que tuviera tiempo deresponder, alcanzó a ver a Callilla detr�s de ella, con el rostro invadido de153 ira y de miedo. Debemos hablar.Y r�pido.Antes de que esos hombres re�nan valor yderriben esta puerta. La puerta est� bien defendida  dijo Carum. Puede ser  admitió Callilla.Pero �la dejamos lista para que puedaser abierta por nuestras centinelas o la cerramos con una barricada? No vimos centinelas  respondió Jenna. Tampoco cuerpos  agregó Carum.Callilla asintió con tristeza. El Halla ya ha recibido a otras mujeres de Alta. Los hombres que nos persiguieron gritaron: Otras tres. Carum sedetuvo..rameras de Alta  finalizó Jenna.Callilla se volvió hacia dos mujeres que se hallaban cerca. �Qui�nes montaban guardia hoy? Mona  dijo una. Y Yerna. Oh, dulce Alta, s�lvalas  murmuró Callilla.Y Verna acaba decumplir diecisiete primaveras.Sus madres deben saberlo.Temo lo peor.Las dos mujeres asintieron solemnemente y partieron. �Cu�ntos hombres?Carum se alzó de hombros. No aguardamos para contarlos. Eran al menos tres  dijo Jenna.Y ahora uno de ellos se encuentramalherido. �l era quien estaba al mando  agregó Carum.Esto podr�adetenerlos un poco. O provocarles m�s.No hay forma de saberlo, as� que debemosprepararnos para un ataque r�pido. Callilla miró m�s all� de ellos ygritó : Clea, Sari, Brenna.venid.Las jóvenes se acercaron corriendo. �Es cierto, Callilla? Lo de Verna. preguntó una.Ella asintió con la cabeza. Calla, Clea.No preguntes m�s  dijo la mayor de las tres muchachas.Callilla habló con suavidad. Recordad lo que nos dice Alta, en su gran sabidur�a.No saber es malo,pero no querer saber es peor.Las muchachas bajaron la vista y aguardaron. Ahora deb�is hacer lo siguiente.Sari y Brenna, levantad una barricadacontra la puerta y montad guardia aqu� hasta que se�is relevadas.Clea, t�debes avisar a las centinelas que se acerca una gran batalla.Todassabemos qu� hacer. Canilla las despidió con un movimiento de su manoy se volvió hacia Jenna.En el Libro est� escrito que: Sin duda el154 momento de ponerse en marcha no es el momento de iniciar lospreparativos.Encontrar�n bien preparada a esta Congregación. Ya lo veo  dijo Jenna. Entonces tambi�n debemos preparar otra ruta de escape paravosotros dos.Cuando Armina regrese de ver a Madre Alta, la enviar� convosotros.Esta noche saldr�is por un camino que nadie podr� adivinar niseguir.La oscuridad ser� nuestra compa�era [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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